Pina, es mi coreógrafa por excelencia, mi fuente de inspiración. 

Mi encuentro con ella fue por casualidad. Una amiga me pasó en VHS su obra Café Müller (pieza creada en 1978) y desde ese momento creo que hay un antes y un después en mi manera de vr la danza, de sentirla y en mis creaciones. Llevaba toda la vida dedicada a la gimnasia rítmica con gimnastas de mi club de origen que dirigía junto a Virginia Serna y posteriormente con gimnastas del Club Ritmo de León (Club de rítmica con el mayor plamarés nacional) bajo la dirección de Ruth Fernández (entrenadora nacional y bi-olímpica, Londres y Río ). Desde ese momento me vi con la necesidad de investigar más sobre su trabajo y tuve la gran suerte de realizar un workshop con ella de 3 días. Fueron días increibles donde el silencio también servía como corrección, su languido y eterno cuerpo, su cigarrillo siempre en la boca y ese humo que nos embriagaba a tod@s sin cesar mientras sus excasas directrices obtenían resultados increibles.

Desde ese momento hayun antes y después en mi trabajo con la rítmica y por supuesto en mis creaciones de danza, donde la danza teatro es el motor de toda mi inspiración coreográfica.

Café Müller y sus tantas otras piezas son enseñanzas inmortales. Os invito a que las busquéis y las disfrutéis. 

La danza es emoción y ella nos enseñó a plasmarla como nadie.

Os dejo el enlace de Café Müller y si queréis dejar un mensaje después de verlo, encantada estaré de leerlo.